TEXTOS FOLCLÓRICOS

Contar cuentos es una actividad milenaria, que interesa, forma y divierte a niños de todas las edades y de todas las culturas. Para ellos, es algo muy natural y parecen tener un gusto innato por las historietas y los cuentos, en las que el niño se sumerge en un mundo de fantasía, creatividad e ilusión.
Escuchar cuentos ayuda a los niños a desarrollar su capacidad de concentración y a respetar los turnos de palabra. Las narraciones de cuentos son un medio perfecto para conseguir mejorar sus destrezas de comprensión auditiva, y, con el tiempo, esto se traducirá en el gusto por la lectura.
Los cuentos ayudan a los niños en su desarrollo a través de verdades universales y moralejas, a las que llegarán por su propio criterio. Además, escuchar las narraciones y participar en las actividades relacionadas, implica una aceptación de las normas y relaciones que se establecen en el aula. Por último, escuchar cuentos es una experiencia social compartida, ya que provoca respuestas de risa, tristeza, anticipación, nerviosismo… por igual entre todos los que la escuchan.
Es muy común confundir el folclore literario con la literatura folclórica y sin embargo entre ellos existe una gran diferencia: el folclore literario es aquel que nace de autores anónimos y generalmente no cultos, pero que conoce y difunde las coplas por haberlas recibido en forma tradicional (leyendas tradicionales, relatos, sucedidos…); por el contrario, la literatura folclórica, es aquella realizada por escritores cultos que representan situaciones de índole folclórica.
Bien, aclarado esto, el folclore es una palabra que tiene que ver con la identidad de una comunidad. Según una de sus definiciones, es el conjunto de prácticas, creencias y costumbres tradicionales de un pueblo o de una cultura. El folclore también incluye los bailes, la música, las leyendas, los cuentos, las comidas, las artesanías, las supersticiones, así como la flora, la fauna.

Las variedades principales de cuentos folclóricos son:

·                    Cuentos maravillosos o de magia.
·                    Cuentos novelescos.
·                    Cuentos religiosos.
·                    Chistes o historietas.
·                    Cuentos de animales.


CUENTOS PROPUESTOS:



El zorro y el quirquincho.

Este cuento lo podéis encontrar completo en: http://www.portaldesalta.gov.ar/zorro.htm
Se trata de un cuento popular argentino, el cual emplearía para niños a partir de 5 años, ya que, en él, se pueden apreciar tanto valores como contravalores que los niños de esta edad podrán identificar fácilmente. La pereza del zorro a la hora de sembrar o la forma de aprovecharse del armadillo son algunos de los contravalores que encontramos, sin embargo, la historia también nos ofrece valores, como el espíritu de trabajo, el esfuerzo y la astucia del armadillo.  El zorro quiso engañar al quirquincho porque creyó que era tonto... pero resultó ser él el engañado. A esta edad, es importante transmitir esta serie de valores, ya que los primeros 5 años de vida definen muchas de las características de una persona.

-Uso en el aula y adaptaciones:
En primer lugar, ya que este texto parece ser de origen latinoamericano, estaría bien sustituir algunas palabras latinas por otras que los niños puedan comprender. Además, en algunas ocasiones se emplea un vocabulario muy formal, el cual será difícil de entender para los niños, por ello estaría bien sustituirlo por palabras más sencillas que conozcan. 

Algunos ejemplos de esto son:

-          “Quirquincho”: armadillo.
-          “Compadres”: amigos.
-          “Chacrita”: parcela.
-          “Papas”: patatas.
-          “Bravo”: enfadado.
-          “Enojando”: enfadando.

La historia la narraría en la asamblea, empelando apoyos visuales, pero siempre teniendo en cuenta que el cuento será narrado, no leído. 

-Cuestiones:
Tras narrar el cuento, es interesante la realización de preguntas sencillas para comprobar la asimilación de los niños sobre la historia y los valores del cuento.
-         - ¿Si fuerais el armadillo, habríais actuado de la misma manera que él?
-          -¿Qué os parece la decisión del armadillo de “engañar” al zorro?
-          -¿Qué otro final le darías a la historia?
¿      Si fueras el quirquincho, ¿Qué hubieras hecho desde el primer momento en que descubrieses que el    zorro te está engañando?
  -¿Cómo te imaginas al quirquincho?


La gallinita roja.


Esta vez he escogido un cuento popular de Byron Barton. Para leer el cuento completo, aquí tenéis un enlace que os llevará directo a él: 




Temas como el esfuerzo, el trabajo para conseguir algo o la falta de colaboración de los amigos son los que aparecen en esta historia.
El cerebro tiene plasticidad, y está más pronunciada en los primeros años. Por eso, es más fácil aprender idiomas o tocar instrumentos si empiezan de pequeños. Por otro lado, el cerebro tiende también a la comodidad, no le gusta trabajar, por ello es importante enseñarles el a esforzarse por las cosas desde pequeños (darles juguetes, aunque se haya portado mal, dejarles jugar sin antes estudiar...), acaban aprendiendo que pueden obtener gratificaciones sin dedicar tiempo y esfuerzo.


-Uso en el aula y adaptaciones:
El vocabulario es bastante sencillo para la comprensión de los niños, por lo que no realizaría ninguna modificación. Por otro lado, el cuento lo narraría antes de la hora de la comida, con la intención de crear un ambiente más calmado. Todo ello, apoyado por sus gestos, tono de voz y dramatización, para crear una experiencia viva e interesante para los niños.

-Cuestiones:
 Leeré el título y pediré a los alumnos que los expliquen brevemente qué creen que va pasar
 en el cuento. Además, les sugeriré que imaginen cómo será el protagonista de la historia y qué otros personajes participarán.
Por otro lado, plantearía las siguientes preguntas:
- ¿Qué crees que pasaría si los animales hubieran ayudado a la gallina?
- ¿Qué te parecería si la gallina finalmente hubiese compartido la comida con el resto de animales?
- ¿Hicieron bien los demás animales de la granja no ayudando a la gallina?
- ¿Qué habéis aprendido de esta historia? 



Juan sin miedo.







Este cuento de los hermanos Grimm, lo he escogido para contar a niños de entre 5 y 6 años, ya que, de una forma general, los miedos suelen aparecer entre los 3 y los 6 años, cuando el niño aún no entiende el mundo que le rodea y no es capaz de separar lo real de lo imaginario. A estas edades, los miedos aparecen y desaparecen, cambian a medida que el niño va creciendo y es capaz de superarlos cuando reconoce poco a poco la realidad.
También he elegido este cuento porque el protagonista puede resultar interesante para los niños, ya que se trata de un chico valiente, algo que a esas edades suelen admirar. Por otro lado, el miedo es uno de los problemas infantiles que más se dan a estas edades, y este cuento da un ejemplo de que todos, en un determinado momento, sentimos miedo, en pequeña o gran medida.

Uso en el aula y adaptaciones:
Para la narración de la historia, colocaría a los niños sentados en la asamblea, ya que es un sitio donde suelen estar tranquilos, y donde se disponen a compartir sus experiencias y a escuchar.
En cuanto al vocabulario, al estar escrito en un lenguaje propio de la época, resultará de difícil comprensión para los niños, por lo que habría que adaptarlo a uno más sencillo y coloquial. Por ejemplo, omitiendo palabras como “lúgubre” e “impertérrito” o sustituyendo palabras como “espectro” por fantasma. Otros ejemplos de frases que convendría adaptar para los niños de estas edades son:
“Acertar a comprender su significado”
“A la vera del fuego”
También hay algunos sucesos del cuento que evitaría contar, o los narraría de una manera más llevadera para los niños, sin entrar en tantos detalles escabrosos. Un ejemplo de un fragmento que convendría adaptar sería el siguiente:
“Y, volviéndose al fuego a calentarse la mano, la aplicó seguidamente en el rostro del cadáver; pero éste seguía frío. Lo sacó entonces del ataúd, se sentó junto al fuego con el muerto sobre su regazo, y se puso a frotarle los brazos para reanimar la circulación. Como tampoco eso sirviera de nada, se le ocurrió que metiéndolo en la cama podría calentarlo mejor. Lo acostó, pues, lo arropó bien y se echó a su lado. Al cabo de un rato, el muerto empezó a calentarse y a moverse. Dijo entonces el mozo:
- ¡Ves, primito, cómo te he hecho entrar en calor!
Pero el muerto se incorporó, gritando:
- ¡Te voy a estrangular!”


Cuestiones:
Durante la narración de la historia, pediré a los niños que participen, haciéndoles preguntas sobre los personajes, por ejemplo: cuando juan llega la primera noche al castillo, ¿Creéis que no tendrá miedo, y no conseguirá pasar ahí la noche?
Posteriormente, tras finalizar el cuento también les preguntaría:
  -¿Qué habéis aprendido de este cuento?
-            -¿De qué o a qué tenéis miedo vosotros?
  -¿Habríais pasado miedo en el castillo en el que estuvo Juan?
  -¿Cómo os imagináis al dragón que aparece en la última noche? 


CONCLUSIÓN.

Como futura maestra, creo que enseñar el folclore en la escuela es un modo de evitar ser tragados por la globalización, ya que desde hace unos años circula la idea de reforzar los valores culturales de nuestra sociedad. Además, los cuentos folclóricos son una buena herramienta para promover la reflexión de los niños, estimulando su pensamiento crítico, ya que les hace distinguir entre lo bueno y lo malo.
Por último, creo que también tienen una gran importancia ya que fomentan el amor por la lectura, y aunque se transmitan de forma verbal, son capaces de estimular el deseo de descubrir nuevos mundos a través de la lectura.


BIBLIOGRAFÍA.





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