BLOQUE 3: LA HORA DEL CUENTO


LA HORA DEL CUENTO.

En esta entrada hablaremos sobre las distintas formas de transmisión literaria que existen, entre las cuales escogeremos una para la actividad de la hora del cuento y explicaremos todo el proceso: la elección de la estrategia, la edad, etc. Además, explicaremos cómo se ha preparado y ensayado la actividad.

En este bloque hemos estudiado tres estrategias aplicables a la hora del cuento - lectura de cuentos, narración con imágenes y cuentacuentos-, entre las cuales yo he optado por el cuentacuentos. Se trata de una experiencia con un cuento narrado de viva voz como eje central, para que los niños puedan disfrutarlo  como hecho artístico y en favor de la promoción de la lectura y otras formas del arte y la cultura , el desarrollo de la comunicación y la creación de valores éticos y estéticos, que incluye, además, otras maneras expresivas de la comunicación oral tradicional, tales como la conversación, el relato de anécdotas, adivinanzas, trabalenguas, refranes, juegos de palabras y juegos participativos.

En primer lugar, he de explicar que he elegido esta estrategia debido a mi experiencia, ya que he tenido la oportunidad de realizar el taller de cuentacuentos en mi trabajo. Por otro lado, creo que los cuentacuentos son actividades muy educativas y disfrutadas por los niños. En ellos puedes conseguir que estén un buen rato con los ojos abiertos como platos, al igual que los oídos, sin perderse ni un detalle. Podemos hacerles reír, y sobre todo podemos enseñarles el valor y el poder de las historias.
Además, hay que tener muy presente que la narración de historias tiene como principal objetivo fomentar la imaginación de quien escucha, a partir de lo cual surge el placer por las historias y la lectura.
Cuento infantil: El Grúfalo (The Gruffalo), Julia Donaldson (Autor), Axel Scheffler (Ilustrador).


Por otro lado, el cuento que he escogido ha sido “El Grúfalo”, cuyo texto se encuentra en forma rimada y está basado en una leyenda folclórica china. Trata de un ratoncillo que a lo largo del relato se va encontrando con tres animales: un zorro, un búho y una serpiente. Los tres, uno tras otro, le invitan a comer, pero el ratón, sospechando que en los tres casos se trata de una trampa, ya que sabe de antemano que él será la “comida”, les dice a cada uno que tiene una invitación para ir a comer con un Grúfalo, una bestia enorme y peluda cuyo alimento favorito es precisamente el animal con el que está hablando el ratón. Después de haberse librado de ser devorado gracias a su astucia, el ratón se encuentra cara a cara con un auténtico Grúfalo... quien, después de todo, no ha resultado un ser ficticio. Para volver a salvarse, el ratón tendrá que valerse nuevamente de su cerebro y demostrarle al Grúfalo que él, pese a su diminuto e inofensivo aspecto, es una criatura más feroz de lo que aparenta.
La edad a la que he decidido dirigir esta actividad estaría destinada al segundo ciclo (4-5) ya que como he mencionado antes, tengo la oportunidad de trabajar con niños y ésta historia tiene mucho éxito entre estas edades. A pesar de que el Grúfalo, es un monstruo que concentra todos los atributos del miedo, los monstruos gustan mucho a los niños porque tienen poder. Pueden transformarse o ser invisibles, vencer a quien quieran, dominarlo todo y pueden identificarse con ellos porque están indefensos y dependiendo de los adultos.
Otra de las razonas por las que he escogido el cuentacuentos es una historia que cuenta con muchas descripciones y personajes, y el argumento y los diálogos pueden dar mucho juego para poder realizar gestos, dramatizar… acciones propias de la experiencia del cuentacuentos.
Se trata de que los niños se vean involucrados en la actividad, y por ello debemos llenarlo de elementos atractivos que llamen constantemente su atención, para ello recurriría a la espontaneidad, cargaría la actuación de realismo, cuidando al máximo hasta el más mínimo detalle.
Trataría de llevar un ritmo pausado, pero sin caer en el aburrimiento de los presentes, y esto lo conseguiría provocando emociones, sensaciones y creando interés en el espectador. Para ello, la colocación de los niños es indispensable ya que deben estar muy cerca, sentados preferiblemente en semicírculo para que el contacto con ellos sea directo y pueda provocar en ellos todos estos efectos.
Además, tendría muy presente que una de las claves es hacer tuyo el texto de los cuentos, así que alternaría la historia con cosas que no estén en la misma para hacerla más atractiva. Por otro lado, creo que el cuentacuentos se debe realizar de tal manera que logremos estimular su creatividad e imaginación.
Es importante conocer de antemano el argumento de la historia, sin leerlo, de tal manera que, en función de cómo se encuentren los niños ese día, se pueda improvisar para mantener su atención sin perjudicar el ritmo de la narración. Por ello, en cuanto a la preparación, en primer lugar, volví a leer el cuento para refrescar la historia y asegurarme de no perder ningún detalle. A continuación, apunté en un papel los personajes, por orden de aparición, y las descripciones físicas del Grúfalo, ya que son muchas muy detalladas. Una vez memoricé todos estos detalles, procedí a ensayar la “actuación” previamente ante el espejo porque, aunque creamos que nos sabemos los cuentos y los enlazamos bien, hasta que no los contamos en alto no sabemos exactamente cómo puede quedar la narración. También practiqué el ritmo y sobre todo la entonación, variándola según lo que estaba sucediendo en la historia, para crear diferentes sensaciones (intriga, enfado, miedo, etc.)
Al ser un cuentacuentos he prescindido de dibujos para completar la narración, porque de esta manera conseguiría que los niños se distrajesen y no jugasen con su imaginación, siendo ésta la que juega el papel más importante en este tipo de actividades. Me mostraré lo más expresiva posible, para captar la atención al máximo; esto también podré conseguirlo pidiendo al público, que participe, haciéndoles preguntas sobre los personajes, sobre lo que creen que va a pasar, etc. La expresión corporal también será muy importante, por ello recurriré a la dramatización del cuento a través de gestos, mímica, etc.  Finalmente, realizaría preguntas sencillas tras haber contado el cuento para comprobar la asimilación de los conceptos, sensaciones, etc.


Lectura en público y evaluación:

A la hora de comenzar a contar la historia, expliqué a mis compañeras que iba a emplear la técnica del cuentacuentos, ya que me parecía la mejor forma de hacer atractiva esa historia. También les informé de la edad de los niños a los que iría dirigida esta actividad (4-5).
A continuación, para introducirla, les pregunté si conocían la historia, y si habían oído hablar alguna vez de lo que era un Grúfalo.
Tras contar la historia, les realicé una serie de preguntas, las mismas que formularía a los niños para que se implicasen e hiciesen uso de su propio criterio:
- ¿Qué os ha parecido la historia?
- ¿Qué haríais si os encontraseis con un Grúfalo?
- ¿Qué os ha parecido la estrategia del ratón de inventarse la figura del Grúfalo? ¿Haríais lo mismo que él?
Las compañeras a las que conté esta historia me realizaron una serie de críticas constructivas:
-Les gustó la estrategia que escogí, ya que me vieron segura de mí misma y relajada al haber trabajado ya este campo en otras ocasiones.
-Las entonaciones que realicé según la situación en la que se encontraba el cuento les parecieron acertadas, ya que las consideraron apropiadas para cada parte del cuento.
-Las preguntas al introducir la historia eran oportunas, ya que acapararon su curiosidad para conocer qué es un Grúfalo. También valoraron positivamente las preguntas formuladas al concluir, ya que invitaban a la reflexión y eran abiertas a cualquier respuesta. Sin embargo, me sugirieron añadir alguna pregunta de reflexión final sobre qué podríamos aprender de esta historia.
Por otro lado, me aconsejaron que podría haber dado más vida a los personajes y más dinamismo a la actividad poniendo un tono de voz diferente a cada uno de los personajes, ya que son muchos los que aparecen y la historia era larga.
También comentaron que para esta actividad podría haber escogido una historia algo más corta, ya que en algunos momentos tuve que pararme a recordar el orden en el que aparecían los personajes, algo que también mencionaron como uno de los errores qué cometí, ya que podría haber improvisado en lugar de interrumpir la narración para recordar el orden exacto.

Valoración final:
En este bloque he podido comprender desde la práctica la gran importancia que tiene saber contar cuentos y a observar en primera persona los factores necesarios para una narración de calidad que mantenga la atención de los oyentes. Además, he podido aprender a adaptar cada cuento a las distintas estrategias que se pueden aplicar a la hora del cuento.
Las críticas de mis compañeras me han ayudado a conocer los aspectos que debo mejorar, y, por otro lado, a adquirir más seguridad en mi misma con sus valoraciones positivas, ya que es algo muy importante a la hora de realizar esta actividad.
Además, he cambiado la percepción que tenía sobre esta actividad, ya que la consideraba algo más simple y que no requería tanta preparación, simplemente se trataba de entretener a los alumnos con cuentos, como una rutina de la jornada escolar más. Sin embargo, hay que tener en cuenta muchos detalles, como el lenguaje que empleemos, ya que, aunque ya sabía que éste ha de ser sencillo y coloquial, (teniendo en cuenta la edad del público al que nos enfrentamos), con esta actividad he apreciado la importancia que tiene la naturalidad a la hora de contar cuentos.
Por otro lado, a través del cuentacuentos, he mejorado la capacidad de crear con las palabras una imagen, de manera que los niños puedan fotografiar en su mente, dando rienda suelta su imaginación. Esto es uno de los objetivos de esta técnica, ya que les permitimos recrear una historia desde su propia realidad.
También he podido comprobar que, a la hora de contar cuentos, el sentimiento del ridículo no ha de existir, aunque sea algo que forma parte de nuestros miedos internos. También he podido tomar conciencia de la importancia que tiene utilizar el cuerpo para expresarse y no solo relatar con las palabras, ya que con los gestos también podemos hablar y expresar muchas cosas y juegan un papel muy importante para captar la atención de nuestro público.
De cara a mi futuro como maestra, toda esta puesta en práctica ha sido muy útil como primera toma de contacto a la hora de seleccionar una estrategia y un cuento según la edad de los alumnos.

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